
Cuando yo llegué a Auroville, mi mamá ya hacía parte de la comunidad. Hacía más de un año que ella vivía y trabajaba allí, dándome la posibilidad de tener un acercamiento diferente al concepto de lo que es Auroville y lo que esto implica para la gente que lo vive día a día.
Auroville es una comunidad internacional, donde personas de la India y de casi todas las naciones del mundo viven y trabajan por el objetivo común de la unidad humana. Considerando que todos los habitantes tienen como fin último el crecimiento y desarrollo de ese objetivo, todas las actividades que allí se realizan, o al menos en su gran mayoría, no buscan el lucro personal, sino que quieren una ganancia colectiva.
Para hacer parte de la comunidad es necesario estudiar y pasar un examen, así como establecerse allí por un periodo de un año ininterrumpido durante el cual se debe trabajar. Ese trabajo se determina de acuerdo a las necesidades de la comunidad y a las habilidades de la persona que está iniciando el proceso. Tras pasar un año, un comité evalúa cual ha sido el aporte de ese nuevo miembro a la comunidad, y si esa evaluación es satisfactoria esa persona es nombrada auroviliana. Tras el nombramiento se adquieren beneficios que no tienen los visitantes ocasionales, pero también responsabilidades y compromisos.

Los habitantes de Auroville tienen acceso a supermercados que venden a precio de costo, una vivienda según la disponibilidad y un pequeño estipendio mensual dependiendo de las horas de trabajo realizadas mensualmente. La idea es que, con casa, comida y algo de dinero para gastos personales se puede vivir una vida sencilla y feliz. Tienen también diferentes maneras de ocupar su tiempo libre, pues Auroville ofrece una gran variedad de clases, cuenta con una biblioteca, una sala de cine, un centro de idiomas, un teatro a cielo abierto, una cocina comunitaria, varios restaurantes, actividades sociales y culturales, y por supuesto el Matrimandir y sus jardines. Para conocer con más detalles lo que es Auroville visita su website www.auroville.org
El Matrimandir, es la razón de ser y el centro de Auroville. Es ese espacio sagrado para todos los Aurovilianos, donde locales y foráneos se reúnen para buscar paz y crecimiento espiritual. Miles de personas llegan cada año para entrar a este lugar, llenarse de buenas energías, meditar, poner en su vida las mejores intenciones e intentar ser mejores seres humanos, buscando el bien personal y del planeta. Era precisamente allí, donde mi mamá trabajaba cuando yo llegué a Auroville. Cada mañana ella salía en su bicicleta, después de compartir conmigo el desayuno, a recibir a todos aquellos visitantes en la oficina de entrada al Matrimandir.
Por lo tanto, mis mañanas, exceptuando el lunes y el martes que ella estaba libre, las pasaba leyendo algún libro, haciendo algo de yoga o de ejercicio, preparando un rico almuerzo para cuando mi mamá volviera a la casa, o en uno de mis pasatiempos favoritos: recorriendo en bicicleta los caminos arbolados de Auroville.

La mejor manera de transportarse en Auroville es con una bicicleta; el área construida es relativamente pequeña, pero resulta grande para caminar. Finales de enero y principios de febrero son todavía considerados meses de invierno en la India. Pero si bien en el norte hace frío, en el sur donde está ubicado Auroville, las temperaturas no bajan de 20°; por lo cual caminar a medio día a casi 30° no es la mejor manera de aventurarse. Es fácil encontrar varios lugares que alquilan bicicletas, incluso bicicletas eléctricas, que resultan una maravilla y una delicia. Así que casi todos los días me iba cerca al medio día en mi bicicleta, a esperar a mi mamá a la salida de la oficina, sentada con un libro y la mejor vista del Matrimandir y sus jardines.
Fue un tiempo muy agradable, pues mi mamá puso todo su empeño y amor en llevarme a conocer cada rincón de ese lugar que era su casa. Cada día recorríamos un área distinta, pedaleábamos caminos que ella conocía como la palma de su mano, y que en cambio para mí eran un laberinto. De vez en cuando íbamos a almorzar o a cenar en alguno de los deliciosos restaurantes. O a veces, escogíamos escaparnos s a comer los famosos helados hechos con receta italiana, o tal vez un café con torta de zanahoria en el centro de visitantes. No nos perdíamos ni una sola de las películas que presentaba el club de cine francés cada viernes en la noche, y si ella sabía de algún concierto o de alguna actividad extracurricular interesante, siempre éramos las primeras en llegar.
Mi mamá había hablado tanto de su hija a sus amigos, que sin ninguna excepción todos querían conocerme y eso hacía nuestra vida social muy ocupada, pues tras algo más de un año de estadía muy pocos no conocían la sonrisa de mi mamá o popularmente conocida como Stella, la colombiana. Todas esas visitas y la alegría con la que la gente me recibió me dieron una muestra inicial de la amabilidad y hospitalidad india, un rasgo característico que me enamora de las personas de esta tierra.

Solamente visité una vez el Matrimandir, pues era plena temporada alta, y en ese tiempo la concurrencia es tan grande que a veces hay que esperar varios días para tener suerte y obtener un cupo en la visita guiada, que permite entrar por primera vez. Varias cosas de ese lugar me llamaron la atención, pero sin duda lo que más me cautivó fue ese gigante y milenario árbol de Banyan (árbol típico del sur de India) que ocupa un lugar muy importante en el área de los jardines y en el corazón de todos los aurovilianos. Pues fue ese árbol, el que le indicó a la Madre, fundadora y fuerza impulsora de Auroville, que el Matrimandir debía ser construido en ese lugar y que por tanto Auroville debía desarrollarse alrededor de él.
Auroville está lleno de historias inspiradoras, pero hay dos proyectos en especial que llamaron mucho mi atención. Ambos proyectos están relacionados con las cosas que más me interesan y me mueven; mejorar nuestro entorno con un enfoque socioambiental sostenible a través de la educación.

Cuando los pioneros de Auroville llegaron a Tamil Nadu en los años 60´s, el ecosistema predominante de bosque seco tropical estaba completamente deforestado y erosionado. Estas personas se pusieron entonces manos a la obra y se dedicaron a plantar miles de árboles, y es por eso por lo que hoy el ecosistema actual se asemeja más al de un bosque. Buscando crecer en el objetivo de reforestación Yorit y Aviram Rozin crearon Sadhana Forest. Tanto sus creadores, como todos los voluntarios que hoy se han unido al proyecto tienen como objetivo la transformación de 70 acres de tierra erosionada en un bosque; pero más allá de eso, ellos quieren sembrar la semilla de la vida sostenible y la seguridad alimentaria a través de la idea de la transformación ecológica del ecosistema que los rodea. Es así como han logrado extender su ejemplo y enseñanzas a los voluntarios que los visitan desde todo el mundo, y sobre todo a las comunidades que habitan los alrededores, permitiéndoles a estos últimos mejorar su calidad de vida con prácticas eco sostenibles. Todos los viernes en frente del solar kitchen sale un bus que lleva al campus de Sadhana a todos los interesados en conocer más sobre el proyecto. Los integrantes de la comunidad y los voluntarios que allí viven acogen a foráneos para concientizar sobre sus prácticas de vida, presentar una película sobre temas relacionados y ofrecer una comida preparada con el estilo Sadhana. Vale la pena la visita. Para conocer más sobre el proyecto sigue el siguiente enlace www.sadhanaforest.org

Por otro lado, a solo cinco minutos del Matrimandir está ubicado el Auroville Languaje Laboratory (Laboratorios de Idiomas de Auroville), que si bien como su nombre lo indica es un espacio donde se enseñan idiomas, su misión va mucho más allá de eso. Mita Radhakrishnan, una de sus fundadoras, tuvo la fortuna de conocer sobre el método inventado por el científico francés Tomatis. Ella quedó encantada con los resultados de la técnica y por eso decidió traerla a la India, particularmente a Auroville.
Dentro de las muchas ventajas que tiene este método, hay un enfoque específico para el tratamiento de pacientes con autismo y otros problemas de aprendizaje, y ese ha sido uno de los puntos en los cuáles el centro ha puesto más énfasis, logrando rehabilitar a un gran número de pacientes que llegan de todo el mundo; pero sobre todo, le ha dado una oportunidad que de otra manera no existiría, a niños de los sectores más vulnerables de las comunidades locales y de toda la India que tienen este tipo de disfunciones y son tratados a muy bajo costo. No contentos con el trabajo que ya estaban realizando, decidieron construir un edificio ambientalmente sostenible, inspirados en la arquitectura local y las técnicas más actualizadas de circulación de aire y uso de energía solar. La construcción pretende reducir al máximo el consumo de electricidad y por tanto la huella de carbono en una región donde las temperaturas son muy altas. El diseño implementado hace que no sea necesario el uso de aire acondicionado, ni siquiera en la época de verano. No duden en consultar más sobre este increíble proyecto www.aurovillelanguagelab.org/
En mi primera visita pasé casi 20 días con mi mamá y al final de ese tiempo los caminos resultaban conocidos. Ser hija de auroviliana me permitió llegar a la esencia y comprender la idea de este lugar. Sin embargo, desde que llegué tenía claro que quería tener aventuras fuera de los límites de Auroville y viajar esa India gigante y tan desconocida para mí, que me generaba emociones tan encontradas. Pero siempre, aún hoy después de estar establecida en Kochi hace más de un año; por coincidencias de la vida casi en la misma longitud de Auroville pero en el extremo exactamente oeste del cono Indico, he sentido Auroville como mi segunda casa. En realidad, lo que creo, es que sin importar cuál sea el lugar del mundo donde se encuentran mi mamá o mi papá, ese lugar siempre será mi segunda casa.